Aprender a gestionar las emociones, primeros pasos necesarios, identifica las emociones en tu cuerpo, siente sin miedo.
¿Cómo aprender a gestionar las emociones?
Una cosa es emocionarse y otra es saber como gestionar las emociones. Para aprender a gestionar las emociones, primeramente es necesario saber:
- Lo que provoca la emoción.
- Qué hacemos con lo que me provoca la emoción, de qué manera lo experimentamos.
- De qué manera conseguimos regular lo que nos pasa con lo que la emoción trae.
La emoción es la mejor respuesta ante algo que pasa dentro de nosotros o fuera (endógeno o exógeno). Responde a estímulos y según interpreta la mente, reacciona de una forma u otra, entrando primero la respiración y la tensión en el cuerpo. Debemos de tener en cuenta que cuanto más repetimos una respuesta ante la emoción más difícil es aprender a gestionar la emoción. Me detengo en esta distinción porque aprender es cuando sabes hacerlo diferente, pero:
“si cada vez que el miedo nos atrapa continuamos respondiendo de la misma forma que sabíamos responder, no hemos aprendido a gestionar la emoción”.
¿Qué necesitamos para aprender a gestionar las emociones?
Aprender a gestionar tus emociones requiere de práctica, consciencia e identificación en el cuerpo de lo que siento que me está pasando.
Las claves para aprender a gestionar las emociones son:
- Identificar donde estoy:
Como estoy percibiendo lo que hay a mi alrededor y de qué me doy cuenta de verdad de lo que está pasando en mi cabeza, en mi entorno, en mi cuerpo y en mi alrededor.
- Sentir si respiro y cómo lo hago exactamente:
Con qué cuerpo y de qué forma puedo asociar lo que pienso con lo que siento.
- Qué me permito hacer cuando estoy sintiendo:
Lo que creo que siento, y qué cosas no puedo ni tolerar hacer cuando esa sensación corporal unida a la sensación atmosférica y el pensamiento que aparece me llega.
- De qué no soy capaz ni pensar, ni por supuesto hacer:
Que no soy capaz cuando me llega una emoción concreta y me bloquea o me entran ganas de salir del sitio.
Sabemos gestionar las emociones o ¿tenemos que aprender a gestionarlas?
Las personas tenemos una idea de cómo son las cosas, creamos una imagen interna de lo que tiene que ser, de manera que estamos identificados con algo que nos sitúa en un lugar y que a nivel emocional crea una manera de actuar también. Según la experiencia que hayamos tenido y la cultura en la que nos hemos movido podremos tener una emoción que conocemos o no, lo que no significa que no tengamos vivencia de otras emociones que al bloquear o marginar se queden anquilosadas en el cuerpo. Eso hace que cuando aparezca una emoción concreta como el miedo, por ejemplo, si no soy consciente qué hago con ella, puede que la evite o me quede congelad@ y mi miedo me impida actuar, en cuyo caso, no puedo gestionar la emoción. Si nos atrevemos a sentir lo que no somos capaces por ese pensamiento que nos lleva a juzgar la emoción, pero no nos permite sentirla o ni siquiera nos damos cuenta que estamos sin sentirla, pero nos permitimos aprender a hacerlo, empezamos a aprender a gestionar las emociones. Conseguir unir cuerpo y mente nos permite conocer como si de un testigo se tratase cómo aprendo a gestionar la emoción y por supuesto, cambio los condicionamientos de los estados en los que sentimos las vivencias y observamos: 1. Cómo condicionan nuestra percepción de la realidad. 2. La información que podemos percibir. 3. Cómo comunicamos a los demás según el estado emocional en el que nos movamos.
Aprender a gestionar las emociones tiene los siguientes pasos:
1º Darse cuenta en qué emoción estamos. 2º Escuchar el mensaje que nos trae la emoción. 3º Percibir qué hago y qué no hago cuando está esa emoción. 4º Cambio de manera de actuar tras practicar otra emoción para que cuando aparezca la situación con la emoción que no sé gestionar poder hacerlo diferente 5º Observarnos tomando distancia como lo hacemos de otra manera de la que sabíamos hacer y qué ha cambiado en nuestra manera de actuar.
Aprender a gestionar las emociones en la actualidad
Ahora con Ucrania se ve el nerviosismo y la falta de gestión emocional de las personas, unido a la situación que está provocando las huelgas y los paros del transporte, nunca antes había habido una participación solidaria tan masiva en respuesta a un conflicto bélico. Debido a la resonancia límbica que nos ha llegado con la situación de Ucrania, la cercanía de país, la posibilidad de sentir lo que la ciudadanía ucraniana está padeciendo en este momento. Con la vivencia de la pandemia y las consecuencias para la economía de la misma, la dependencia de la energía rusa, nos acercamos a una sensación de miedo más grande que acumulamos desde la pandemia. Parece que ahora la importancia de aprender a gestionar las emociones coge cierta importancia, o al menos no es para menospreciarlo. Si crees que te puede beneficiar saber gestionar tus emociones, puedes mirar el curso de gestión emocional o la guía de gestión emocional. Inés Mazarrasa.