¿Sabemos emocionarnos?
¿Sabemos emocionarnos? ¿por qué te hago esta pregunta? Sentir es una cosa, saber cómo sentimos es otra. Saber si sentimos lo que en cada momento necesitamos sentir es una tercera cosa.
Digamos que hay varios niveles de sabiduría.
Podemos estar sintiendo alegría cuando en realidad lo que hay dentro nuestro es miedo o estar habitando el miedo constantemente y no conocer nuestra propia alegría por no saber como relacionarnos con ella.
Si te invito a vivir la experiencia de saber cómo sabes que te emocionas ¿a dónde te lleva?
Para, siente, y contéstate a ti mismo/a.
Cada pensamiento está asociado a varias emociones
Pero,… ¿Cómo sabemos que estamos en ellas? ¿Cómo poder distinguir una emoción de otra cuando se mezclan?
Podemos llegar a comprender que nuestro cuerpo se contrae, la tensión del brazo es diferente de la de la espalda y las mezclas emocionales se expresan en el cuerpo.
Cuando esto lo sentimos, comenzamos a saber emocionarnos, porque sabemos qué emociones están en juego en cada situación que tengo y cómo me relaciono con estas emociones, si las oculto, si me digo algo que no es para no sentir, si evito sentir y cambio de emoción, pero sin darme cuenta, se me pasan las cosas que podría haber tenido en cuenta, pero cuando sí siento y sé sentir lo que pasa por mí entonces sí que puedo de verdad saber qué me está pasando, qué implicaciones tiene en mi entorno e indago:
¿Qué habría pasado si hubiese sabido emocionarme? ¿Qué cambiaría si me hubiese permitido darme cuenta de cómo está mi cuerpo con esta situación? ¿Cómo están las personas que me rodean y cómo se comportan conmigo cuando he sido capaz de saber si me estoy emocionando y cómo?
DESCUBRE COMO TE EMOCIONAS
Descubrirte sabiendo como te emocionas es algo fascinante, pues de repente es como si tú, dentro de ti, eres un mundo de posibilidades que conoces los mecanismos de cómo funciona tu “loro” o “parrot” que yo llamo, ese crítico interno que dialoga contigo y tus emociones que debilitan la mente y que desgastan tu cuerpo físico.
Ahora bien, aunque sepas qué te dices y cómo te lo dices y cómo te relacionas con ello, al igual que saber de qué manera te percatas y asumes lo que te pasa, si no eres capaz de cambiar nada a nivel emocional, en el sentido de utilizar emociones que inhibes, no puedes cambiar nada de lo que llamamos saber emocionarse.
GESTIONA TUS EMOCIONES
Saber emocionarse es saber cambiar el estado de ánimo con el que te levantas por aquellas emociones que no has sabido gestionar, todas aquellas situaciones que emocionalmente has evitado, o sin darte cuenta has gestionado mal porque ni sabias que evitabas esas situaciones.
De manera que te invito a que te sumerjas en las emociones rechazantes para empezar a aprender a utilizarlas bien y no pasar página y seguir a otra cosa como si no estuvieses sintiéndolas.
¿Qué puede pasar si no sientes lo que de verdad sabes que estás sintiendo?
Que tu sufrimiento emocional es mayor porque cuando quieres volver a esa emoción, tu cuerpo físico no reconoce esa sensación sentida de la emoción, por tanto, cuando se atreva a sentirla de verdad, sin bagaje, va a producirse un sufrimiento que no va a tolerar por el simple hecho de que no conoce y lo desconocido da miedo.
El miedo es la emoción que nos conecta con lo rechazado y previene de caer en la inseguridad, pero si la usamos para todo, al final tapa lo que verdaderamente sientes y no sabes cómo sientes, ni lo que sientes, de manera que tu cuerpo no está físicamente en esa vibración que esa emoción emite y no puede atender a toda la información que le manda esa emoción.
Ese es el origen de la ansiedad, el estrés, la frustración, la angustia, porque no estamos realmente conscientes de lo que podemos sentir y al sentirlo de verdad se intensifica la sensación enormemente.
Así que, si quieres saber emocionarte, lo primero será sacar partido del momento presente, sintiendo la emoción que toque, y si estás atento o atenta a la misma, cuando llega a tu cuerpo, sabes cómo te estás emocionando y qué te dice tu diálogo interno cuando te emocionas de esa manera y cómo reaccionas a eso.
No solo eso, sino que eres capaz de saber qué emoción tienen las personas que te rodean y cómo te afecta a ti lo que esas personas te están transmitiendo sensorialmente, vibratoriamente.
AUTOGESTION EMOCIONAL
Observar cómo te emocionas te permite darte cuenta cómo te engañas a nivel emocional.
De hecho, por eso nos resulta tan útil saber como nos emocionamos. Y si tenemos en cuenta que todo ese proceso se realiza en el cuerpo físico, si cuido mi cuerpo físico, respiro mejor, oxigeno más y entonces sé mejor lo que estoy sintiendo.
El cuerpo es el sabio que lo sabe todo, que nos permite percibir y cambiar la manera en que estamos siendo juzgado por nosotros/as mismos/as y por tanto percibidos/as. Si sabemos cómo se percibe en el cuerpo las emociones, sabemos entonces cómo podemos relacionarnos con nosotros/as mismos/as y qué grado de intensidad emocional estoy sintiendo para saber si soy capaz de gestionar lo que me pasa sin necesidad de necesitar que otra persona me apoye, me escuche a nivel emocional y se sostenga todo lo que pasa por dentro.
¿Cómo entonces sabemos cómo nos emocionamos?
Practicando, aprovechamos a entrar en cada una de las emociones distinguiendo en el cuerpo si estamos en la alegría, o en la tristeza, o la rabia, o el miedo, y según esté en esa emoción o en otra, sabré si estoy en ella en el presente o me doy cuenta que me voy de ella porque me resulta difícil sentir esa sensación física.
Tomo distancia de mi emoción y puedo ser capaz de gestionar también lo que me pasa.